Damos respuesta a preguntas habituales desde un punto de vista estricto, desterrando informaciones poco cuidadas y demasiado repetidas que solo buscan desorientar al consumidor.
1. ¿Qué es un cosmético?
Parece una pregunta muy elemental, pero no lo es en absoluto, como veremos en la respuesta a la siguiente pregunta… Un cosmético es un producto que, aplicado sobre la piel o el cabello, limpia (champús, geles de baño…), hidrata (cremas corporales y faciales…), protege (protectores labiales y solares…) o modifica el aspecto (maquillaje, tintes…) y olor (perfumes y desodorantes). Nada más.
De forma muy resumida, los cosméticos se elaboran con agua y aceite, mezclados en las proporciones adecuadas para conseguir la textura deseada. Además, es necesario añadir otros ingredientes para conseguir que la mezcla sea estable, haga buen olor y no se contamine. En los cosméticos convencionales los aceites suelen ser derivados del petróleo, acompañados de siliconas que proporcionan suavidad. En la cosmética natural certificada estos ingredientes no están permitidos. En su lugar se utilizan diferentes aceites vegetales, muy afines a la grasa de la propia piel. Y en cuanto al agua de las formulaciones, a menudo se sustituye por ingredientes acuosos ecológicos, como el zumo de aloe vera, aguas de frutas o destilados florales.
2. ¿Y qué no es un cosmético?
El resto de productos que tienen funciones diferentes a limpiar, hidratar, proteger o modificar el aspecto. Es decir, aquellos que repelen insectos, actúan contra piojos o alivian inflamaciones y dolores musculares, NO SON COSMÉTICOS.
Estos productos solo pueden ser fabricados por laboratorios expresamente autorizados, necesitan un registro especial (de insecticida, pediculicida, o hasta incluso de medicamento) y requieren estudios que cuantifican exactamente su eficacia y evalúan los efectos secundarios que puedan causar.
Por lo tanto, seamos serios. Añadir unas gotas de citronela a una loción capilar no hará que evite la picada de los mosquitos, el árbol del té no transforma un champú en un antídoto contra los piojos, e incorporar extractos de árnica o hipérico a una crema no la convierten en un remedio contra el dolor.
3. ¿Cómo sé si un cosmético es natural?
Leer la palabra natural o ecológico en el envase o ver dibujos florales no lo garantiza. Solo se puede saber si está certificado como tal por un organismo externo conocido, independiente y reconocido.
Entre ellos se encuentran el sello suizo Bioinspecta, el francés Ecocert, el alemán BDIH o el italiano ICEA. Sin la certificación, aunque aparentemente el listado de ingredientes del cosmético pueda parecer natural, es imposible saberlo con certeza. Hay ingredientes con igual nombre que pueden tener origen sintético o natural. Otros, como los perfumes, están formados por numerosos componentes; solo la certificación revisará y garantizará que todos ellos son realmente naturales.
En líneas generales, todos estos sellos garantizan que la mayor parte de los ingredientes que componen el cosmético son naturales, fijan unos mínimos en el contenido ecológico y verifican que los sistemas productivos sean respetuosos con el entorno.
Aun así, se debe ir con cuidado con los sellos de fantasía, inventados por marcas poco serias que buscan confundir al consumidor haciéndole creer que está ante un cosmético natural y certificado.
4. ¿Es lo mismo un ingrediente natural que un ingrediente ecológico?
No.
Un ingrediente natural es aquél que proviene directamente de la naturaleza, o se obtiene combinando otros ingredientes naturales mediante reacciones aceptadas en la cosmética natural certificada. Un ingrediente es ecológico cuando, además de ser natural, proviene de cultivos ecológicos. Es decir, para su obtención no se utilizan pesticidas, fertilizantes químicos ni plantas modificadas genéticamente, y tiene la certificación ecológica.
Dentro de la cosmética natural certificada, el porcentaje de ingredientes que además de natural es ecológico puede ser muy variable. En función de la filosofía y de la capacidad técnica de cada laboratorio el contenido ecológico final podrá ser mayor o menor.
5. ¿Qué ventajas tiene la cosmética natural respecto a la convencional?
Es mejor para el medio ambiente y tiene mayor afinidad cutánea.
Un cosmético natural es mucho mejor para el medio ambiente. Por un lado, promueve la agricultura ecológica fuente de muchos de los ingredientes que utiliza, y por el otro, los residuos que deja son fácilmente biodegradables. Un ejemplo lo tenemos con los exfoliantes: en cosmética convencional se utilizan pequeñas partículas de plástico (microplásticos), que no se pueden depurar y contaminan el suelo y las aguas; los exfoliantes naturales,en cambio, están hechos a partir de las partes duras de las plantas (como las semillas de las frutas), que se degradan rápidamente y no suponen ningún problema para el entorno.
Los ingredientes naturales en general son más afines a la piel que los convencionales. Por ejemplo, si comparamos los aceites vegetales con los aceites minerales y las siliconas utilizadas en cosmética convencional, es evidente que los primeros tienen una composición mucho más similar a las grasas de la propia piel. Si además son aceites ecológicos, tendrán menos residuos de pesticidas e insecticidas.
6. ¿Qué desventajas tiene la cosmética natural respecto a la convencional?
A nivel técnico es más difícil de formular y de conseguir buenas texturas y olores. A nivel de márqueting, el consumidor no siempre puede diferenciar fácilmente entre la cosmética natural y la que dice que lo es.
Las dificultades técnicas son debidas al limitado número de ingredientes que se pueden usar. Este hecho se hace muy evidente en los perfumes naturales, que no pueden contener ningún componente sintético y, en consecuencia, las notas olfativas resultantes quedan limitadas. Otro aspecto a tener en cuenta en que la cosmética natural está en clara desventaja es en los fotoprotectores, éstos solo pueden contener filtros físicos (óxido de titanio o dióxido de zinc), que proporcionan una buena protección pero a cambio dejan un residuo blanco evidente en la piel. Respecto a las texturas, la cosmética natural prescinde de siliconas, muy utilizadas en cosmética convencional, por lo que es más difícil conseguir un tacto suave.
Aún así, un buen trabajo de laboratorio permite afrontar estas limitaciones y conseguir productos que, a parte de ser seguros y estables, tengan un tacto agradable.
La otra gran desventaja de la cosmética natural es el relativo desconocimiento que mucha gente aún tiene de ella. De esto se aprovechan descaradamente algunas marcas de cosmética convencional, que se publicitan como naturales para potenciar sus ventas.
Por lo tanto, hace falta informar al consumidor para que conozca lo que está comprando y reconozca los sellos certificadores. Y dentro de la cosmética natural certificada, es importante que se valoren las marcas que además apuestan de manera decidida por los ingredientes ecológicos.
7. ¿La cosmética natural es más cara que la convencional?
No.
El precio de un cosmético, natural o convencional, depende en primer lugar del número de intermediarios que hay entre el fabricante y el consumidor. En segundo lugar, de la inversión en publicidad. En tercer lugar, de los embalajes que utiliza. Y, en cuarto lugar, de los ingredientes que contiene. En general, los ingredientes naturales y sobre todo los ecológicos son más caros que los ingredientes convencionales, pero esto afecta relativamente poco al precio final del producto, más influido por los tres primeros motivos.
Por lo tanto, consumir cosmética natural no es caro si es de proximidad, intervienen pocos o ningún intermediario, no utiliza embalajes superfluos ni invierte exageradamente en publicidad.
8. ¡Un cosmético natural no me producirá alergias ni irritaciones!
Falso.
Puede producirlas igual que cualquier cosmético convencional… o incluso más si no se selecciona bien los ingredientes que lo forman.
Cualquier ingrediente, natural o sintético, puede producir alergia a personas que sean sensibles. Por eso es especialmente importante limitar el número de ingredientes a los estrictamente necesarios y, en todo caso, evitar los más alergénicos.
9. Cuanto más largo es el listado de plantas de la lista de ingredientes, más eficaz y mejor será el cosmético, ¿verdad?
Falso.
Los listados interminables de plantas solo obedecen a estrategias de marketing, que pretenden dar una imagen de mayor naturalidad y eficacia. Sin embargo, a mayor número de ingredientes, mayor probabilidad de que alguno de ellos origine algún problema o alergia. Incluso la eficacia global del producto será menor pues la concentración de cada uno de ellos también será menor.
No se trata de añadir muchos ingredientes, sino de utilizar los mejores en las concentraciones óptimas.
10. ¿Un cosmético natural puede utilizar ingredientes sintéticos?
Sí.
Pero siempre de forma muy minoritaria y dentro de una lista muy limitada. Esta lista incluye conservantes alimentarios como el benzoato sódico y el sorbato potásico (presentes por ejemplo en concentrados de tomate y gazpachos) o algunos ingredientes que sirven como acondicionador capilar. Son ingredientes que, en parte, derivan del petróleo. Por este motivo, ¡no siempre la cosmética natural es 100% natural! Y tampoco se puede decir alegremente que la cosmética natural nunca utiliza derivados del petróleo.
11. ¿Y Lilà utiliza ingredientes sintéticos?
No.
Nuestra filosofía es hacer siempre cosmética 100% natural, prescindiendo en todo caso del pequeño porcentaje de ingredientes sintéticos permitidos por los organismos certificadores. Esto supone un mayor esfuerzo técnico, ya que son ingredientes de los que es difícil prescindir, pero los resultados finales terminan siendo mucho más satisfactorios.
12. ¿Lilà que tipo de envase utiliza?
En Lilà minimizamos envases y embalajes.
Todos nuestros envases y tapones son de material plástico reciclable que, una vez agotados deben tirarse al contenedor amarillo para ser reutilizados. No utilizamos aluminio ni vidrio, ya que a pesar de ser también fácilmente reciclables, encarecerían innecesariamente el producto. El vidrio, además, es frágil y se puede romper.
También evitamos utilizar añadidos innecesarios, como los adornos de madera o corcho que a veces recubren los envases plásticos originales para proporcionar un aspecto más orgánico, pero que aparte de este aspecto exclusivamente estético, no tienen ninguna utilidad y encarecen el producto enormemente. Y curiosamente, ¡este tipo de añadidos dificulta o impide el correcto reciclaje de los envases!
Respecto a las cajas de transporte donde viajan los productos están hechas de cartón y la protección de los envíos es a base de papel reciclado.
Finalmente, en cuanto al tipo de envase nunca empleamos tarros, pues son poco higiénicos y favorecen que se contamine el producto. En cambio, utilizamos envases airless, que dosifican la cantidad necesaria y ofrecen una mejor protección.
13. ¿Lilà es “libre de ingredientes tóxicos"?
Lilà, como el resto de marcas de cosmética, tanto natural como convencional, no puede utilizar y por lo tanto no utiliza ingredientes tóxicos.
Insinuar o afirmar que la cosmética convencional u otras marcas de cosmética natural pueden contener ingredientes tóxicos es una irresponsabilidad, que solo puede tener origen en el desconocimiento o en la intención de generar confusión y alarmismo.
Un cosmético natural es libre de tóxicos igual que cualquier cosmético convencional. Todos los ingredientes que se utilizan en cosmética tienen suficientes garantías de seguridad y nunca se pueden etiquetar como tóxicos. Pero hay ingredientes que, a pesar de ser naturales, en según qué condiciones podrían ser demasiado agresivos, sobre todo para personas con la piel sensible o en bebés.
14. ¿Cuáles son los ingredientes naturales más agresivos?
Jabones, sulfatos, sales de alumbre, etanol y conservantes son algunos de los ingredientes que, a dosis exageradas o fuera de las indicaciones recomendadas, podrían resultar demasiado agresivos.
Jabones. Reciben su nombre de la reacción de saponificación con la que se obtienen, que mezcla aceites vegetales o animales con sosa cáustica. Ejemplos de ellos son el sodium palmate (derivado del aceite de palma), el sodium cocoate (derivado del aceite de coco) o el potassium olivate (derivado del aceite de oliva). Los jabones son naturales, económicos y fáciles de elaborar. Por este motivo últimamente tienen cierto auge en forma de pastillas artesanales de formas, colores y olores variados, pero conllevan un valor de pH muy elevado poco adecuado para las pieles sensibles.
Sulfatos. Son otro tipo de agente limpiador derivado de aceites vegetales. Se incluyen, entre otros, el sodium lauryl sulfate y el coco-sulfate. Debido a su bajo coste se utilizan en muchos champús y geles de baño. Pero no se recomienda su uso en productos dirigidos a piel sensible o para bebés.
Sales de alumbre. Tienen actividad desodorante. En este caso su pH es muy ácido y podría irritar a las pieles sensibles.
Etanol (alcohol etílico). Se utiliza para dar frescor o ayudar a conservar, pero a dosis demasiado elevadas puede resecar la piel e irritar.
Conservantes. Naturales o sintéticos, todos ellos tienen limitaciones estrictas en las dosis de uso. Hay conservantes que solo se pueden utilizar en unos tipos de producto concretos, otros están prohibidos en productos dirigidos a menores de 3 años y otros son incompatibles con la presencia de otros ingredientes.
Lo que es importante es utilizar siempre los ingredientes más adecuados en las dosis óptimas y, en todo caso, informar de forma clara al consumidor de la función y el modo de uso de cada cosmético.
15. ¿Lilà utiliza parabenos?
Lilà, como el resto de marcas de cosmética natural certificada, no puede utilizar y no utiliza parabenos.
Los parabenos son conservantes sintéticos no permitidos en cosmética natural. Por lo tanto, si el cosmético está certificado como tal nunca los podrá utilizar. Y como no se pueden utilizar, no tiene ningún sentido reivindicarlo como virtud. La certificación los descarta, siempre.
Por otro lado, hay marcas que reivindican “sin parabenos” como si fuese una garantía de seguridad o naturalidad, cuando esta expresión no garantiza ni una cosa ni la otra. A menudo se trata de marcas que no hacen cosmética natural y, a veces, incluso utilizan otros conservantes que, sin tener la mala reputación de los parabenos, pueden ser causa de muchos problemas y alergias a personas sensibles. Es el caso de las isotiazolinonas, también conocidas por su nombre comercial de khaton.
16. ¿Los parabenos son tan perjudiciales como dicen?
Quizá aquí sería de esperar una respuesta afirmativa y una visión casi apocalíptica de los parabenos…
…pero si nos basamos en evidencias científicas serias y no en informaciones alarmistas poco contrastadas, la respuesta tiene que ser que no.
La estructura de los parabenos es similar a la de ciertas hormonas y por este motivo se consideran como disruptores endocrinos, es decir, podrían alterar el buen funcionamiento hormonal. Pero para tener estos efectos deberían utilizarse a concentraciones centenares de veces superiores a las permitidas en los cosméticos. También hay un estudio que relacionó la presencia de parabenos con la aparición de cáncer de pecho, pero múltiples estudios posteriores demostraron que esta relación no era cierta.
Lo cierto es que los parabenos se han usado durante décadas sin más problemas que los causados por otros ingredientes cosméticos usuales. La controversia actual que padecen está más motivada por intereses comerciales que por evidencias reales.
En Lilà Cosmètics creemos que la cosmética natural ya tiene suficientes virtudes por ella misma y no necesita apoyarse en controversias externas interesadas.
17. ¿Lilà utiliza sulfatos?
No.
Como hemos comentado en cuestiones anteriores, los sulfatos son agentes limpiadores muy económicos y eficaces, pero que en ciertas condiciones y aplicaciones podrían resultar demasiado agresivos para la piel. Algunos de ellos son naturales, como el sodium lauryl sulfate o el coco-sulfate, y otros sintéticos, que en general se reconocen por su terminación -eth, que indica que están etoxilados, como por ejemplo el muy utilizado sodium laureth sulfate.
En Lilà Cosmètics, como agentes limpiadores utilizamos derivados de azúcares, muy seguros, suaves y rápidamente biodegradables. Usamos combinaciones de azúcares con aceites vegetales, en concreto el coco-glucoside y el caprilylcapryl-glucoside, y también derivados de azúcares con aminoácidos, en este caso el sodium lauroyl glutamate. Con ellos formulamos champús, geles de baño y productos de higiene facial que no resecan la piel ni irritan los ojos y, por la tanto son adecuados para todo tipo de pieles, incluido las de bebés y las más sensibles.
18. ¿Lilà hace pruebas en animales?
Lilà, como el resto marcas que fabrican y venden sus productos en Europa, por ley no puede testar y por lo tanto no testa sus cosméticos en animales.
En toda Europa hace años que está prohibido fabricar y comercializar cosméticos testados en animales. Esto afecta por igual a la cosmética natural y a la convencional y como está prohibido, no tiene ningún sentido reivindicarlo como ventaja y menos como atributo exclusivo de la cosmética natural.
Actualmente existen técnicas de laboratorio del todo fiables que permiten avalar la seguridad de los cosméticos y prescindir del sufrimiento animal.
19. ¿Cuándo encontraré los productos Lilà a granel?
Nunca.
Está prohibido vender cosméticos a granel en grandes recipientes para poderlos reenvasar directamente al cliente final. La única excepción es en algunos perfumes y pastillas de jabón, ya que son productos que debido a su composición difícilmente se contaminaran. En el primer caso, esto es debido a su contenido muy elevado en alcohol. En el segundo, se debe a que tienen un valor de pH muy alto.
Esta prohibición se fundamenta en que el envasado es parte del proceso de fabricación de un producto. Por lo tanto, tiene que respetar todas las garantías de seguridad, higiene y trazabilidad que solo podemos garantizar los laboratorios que fabricamos cosméticos.
Hay algunas tiendas a granel donde, aparte de detergentes para la ropa (que siguen una reglamentación diferente a la cosmética), tienen grandes garrafas con champús y geles de baño, e incluso cremas corporales, con los que rellenan alegremente los envases que traen sus confiados clientes. Aparte de ser ilegal, se trata de una irresponsabilidad tanto del laboratorio que suministra el producto como de la tienda que lo adquiere. Supone un peligro para el propio consumidor que compra un producto sin ninguna garantía, seguramente mal etiquetado y que comporta un riesgo real de que se contamine.
La buena voluntad de reducir y reutilizar envases ha de tener el límite en hacer las cosas bien hechas.
20. ¿Cómo serán los envases cosméticos del futuro?
El futuro lo tenemos al alcance de la mano. Los envases serán de fuentes renovables y algunos de ellos podrán ser biodegradables.
Hoy en día, la mayoría de envases que se utilizan en cosmética son de plástico, muchos de ellos de material fácilmente reciclable como el PET (polietileno tereftalato) o el PE (polietileno), obtenidos a partir del petróleo.
Desde hace pocos años también se pueden obtener estos materiales de la caña de azúcar o de la fécula de patata. Son los denominados bioplásticos (bioPET, bioPE…), que tienen las mismas características que sus homólogos derivados de petróleo y, como ellos, son reciclables pero no biodegradables. En consecuencia, es y seguirá siendo necesario un cuidadoso reciclaje de los envases.
Existen otros materiales bioplásticos como el PLA (poliláctico) que tienen la ventaja de ser biodegradables. Aún así, su aplicación en cosmética está limitada. El motivo es que, de momento, no pueden garantizar la correcta estanqueidad y protección, pues la vida útil de estos envases es más corta que la caducidad del producto que deben contener.
21. ¿Cuál es la importancia del envase?
El envase es mucho más que la imagen externa. Es fundamental para conservar el producto en buenas condiciones y facilitar su dispensación.
La importancia del envase va más allá de los motivos estéticos que dan una imagen atractiva y facilitan la venta. Sus funciones más importantes son mantener su contenido en buenas condiciones, permitir la dispensación de la cantidad apropiada y aportar, en su etiquetaje, toda la información necesaria para identificar el cosmético y dar instrucciones para hacer un buen uso.
La elección del material del cual está hecho el envase es fundamental para garantizar la protección del producto que contiene. Este material ha de ser resistente, limpio y difícilmente contaminable. Para evitar que el producto se oxide o altere, ha de protegerlo del oxígeno y el vapor de agua y, si es necesario, también de la luz. No ha de desprender partículas ni tampoco absorber parte del producto o los activos por el interior de las paredes. El diseño del envase tiene que ser funcional para permitir una dispensación correcta y el cierre tiene que ser hermético para asegurar la estanqueidad y así evitar que entre aire o se pierda producto.
Los materiales de envase más adecuados y usuales son algunos plásticos, el aluminio y el vidrio (más información en la pregunta nº12). La mayoría de ellos tienen la ventaja de ser fácilmente reciclables, pero todos ellos tienen el inconveniente de no ser biodegradables. Por este motivo es especialmente importante hacer un reciclaje correcto. Por motivos de seguridad e higiene, tenemos que recordar que no está permitido reutilizar los envases en cosmética. Como hemos comentado en una pregunta anterior (nº20), el envase ideal sería aquel que, además de proteger el producto, es fácilmente biodegradable. Se está trabajando en materiales este sentido, pero aún no han llegado y, mientras no lleguen, garantizar la seguridad es primordial.
Hay otros materiales fácilmente degradables, como el papel o el cartón, pero no son adecuados como envase ya que no pueden proporcionar una protección correcta. Solo deberían utilizarse como envoltorio de los envases y nunca deberían estar en contacto directe con el producto. Son demasiado frágiles, no resisten el agua o la humedad y tienen una estructura porosa que facilita la contaminación y deja pasar el aire, que oxida y enrancia el producto. Son, en consecuencia, muy poco indicados para contener el producto.
22. ¿Qué son los disruptores endocrinos?
Los disruptores endocrinos son ingredientes que pueden interferir con el funcionamiento normal de algunas hormonas. Esto podría alterar el equilibrio hormonal del organismo humano y en consecuencia provocar efectos no deseables.
La gran mayoría de los ingredientes cosméticos sospechosos de actuar como disruptores endocrinos son sintéticos y prohibidos en cosmética natural certificada. Entre ellos se encuentran el antioxidante conocido por sus siglas BHT y BHA, unos cuantos filtros solares de nombres difíciles de recordar (benzophenone, 4-methylbenzylidene camphor, octocrylene), los conservantes parabenos, algunas siliconas y el triclosán, presente en muchos desodorantes y otros productos. Los estudios de laboratorio demuestran que todos estos ingredientes tienen cierta actividad hormonal, pero los mismos estudios también demuestran que esta actividad es tan pequeña que, para producir efectos perjudiciales, deberían utilizarse a dosis muy superiores a las permitidas en cosmética. Esta segunda parte curiosamente es menos conocida que la primera.
Parece que tendríamos que concluir que estos ingredientes sospechosos son del todo seguros, debido a que se utilizan en dosis no peligrosas, pero también se debe tener en cuenta un último aspecto: los cosméticos se utilizan muy a menudo, por lo que se pueden producir efectos acumulativos o, incluso, interacciones entre ingredientes de diferentes cosméticos. Por eso se están realizando nuevos estudios que tienen que permitir certificar la seguridad de todos estos ingredientes y, si es necesario, revisar sus recomendaciones, precauciones y limitaciones de uso.
Lo más sencillo para una empresa como la nuestra, que fabrica exclusivamente cosmética natural y ecológica, sería ir añadiendo leña al fuego y contribuir a empeorar aún más la imagen que se tiene de estos ingredientes, pero creemos que es mejor valorar toda la información y no coger tan solo la parte polémica. Se debe huir de alarmismos no del todo fundamentados.
En Lilà Cosmètics no utilizamos ningún ingrediente sintético y, por lo tanto, ninguno de los cuestionados. Siempre escogemos aquellos ingredientes que, además de ser naturales, no tengan ninguna sospecha en cuanto a su seguridad. Y lo que también es muy importante, evitamos utilizar ingredientes innecesarios ya que, a mayor número de componentes, mayor probabilidad de que alguno de ellos cause alguna reacción no deseada. Se cumple la expresión “menos es más”.
23. ¿Qué es Yuka?
Cada vez nos preocupamos más por lo que comemos i por lo que nos aplicamos en la piel. Para ayudar en esta tarea, se han creado aplicaciones para móviles que interpretan de forma sencilla las etiquetas de los alimentos y los cosméticos y valoran la cualidad nutricional y la seguridad. La app más conocida actualmente es Yuka, que con una rápida lectura del código de barras, puntúa el producto de 0 a 100 y clasifica sus ingredientes siguiendo unos códigos de color.
En cosmética, las listas de ingredientes a menudo son largas y llenas de nombres extraños, cosa que hace casi imposible saber lo que realmente contienen. Yuka valora rápidamente el cosmético y señala en amarillo o rojo aquellos ingredientes que, a dosis exageradas o aplicados de forma incorrecta, podrían ser problemáticos. También señala los ingredientes que pueden producir alergias a las personas que son sensibles. Los ingredientes marcados en verde son los que considera más seguros.
Yuka y otras aplicaciones similares, como Ingred y Clean Beauty, son útiles pero tienen margen de mejora. Aún hay algunos ingredientes que no consiguen identificar ni clasificar correctamente. Además, pueden causar un alarmismo excesivo, ya que los productos llenos de semáforos rojos dan la sensación de ser perjudiciales y peligrosos. En Lilà creemos que es mejor tener en cuenta las valoraciones positivas que esta aplicación aporta, es decir, aquellos productos con mejores puntuaciones posiblemente serán aquellos donde se habrá dedicado más esfuerzos para conseguir composiciones impecables.
Yuka tiene 3 grandes virtudes. La primera, despierta el interés del consumidor sobre la composición de los cosméticos. La segunda, debido a que la mayoría de ingredientes sospechosos son de origen sintético, permite desenmascarar cosméticos que se venden como si fueran naturales, cuando en realidad no lo son. Esto esta suponiendo un contratiempo para ciertas marcas poco serias. La tercera virtud es la más interesante, ya que sirve de estímulo a todos los laboratorios para ser cada vez más cuidados en la selección de ingredientes.
24. ¿Y cómo definís la cosmética Lilà?
“Lilà es cosmética no testada en animales, libre de tóxicos y sin parabenos, siliconas ni perfumes sintéticos” es una frase que, a pesar de ser completamente cierta, no nos define.
Como comentamos en las respuestas anteriores, las dos primeras partes de la frase las cumple cualquier tipo de cosmética, y el conjunto de los “sin” lo cumple toda la cosmética natural certificada. Por lo tanto, es una frase que no nos define.
Lo que nos define es “Lilà es cosmética ecológica certificada. Ofrecemos productos con buenas texturas y adecuados para los diferentes tipos de piel, incluso las más sensibles”.
Por este motivo tenemos la certificación Bioinspecta, que con sus auditorías periódicas certifica que todos nuestros cosméticos son realmente naturales y cuantifica su porcentaje ecológico. Nos fijamos mucho en conseguir productos de buenas texturas y olores, que satisfagan las necesidades de los diferentes tipos de piel. Nos centramos en lo que es esencial y evitamos ingredientes innecesarios y embalajes superfluos. No utilizamos ninguno de los ingredientes sintéticos permitidos en cosmética natural y solo usamos ingredientes naturales. Tampoco utilizamos aquellos ingredientes que, a pesar de ser naturales, pueden ser poco indicados para las pieles más delicadas y sensibles, como jabones, sulfatos, alumbre, alcohol etílico o conservantes.